FUNCIÓN
DE LOS VEGETALES
El reino
vegetal se caracteriza por una gran cantidad de formas vivientes, existiendo
algunas muy sencillas, unicelulares (una sola célula) e incapaces de vivir
fuera del agua, y plantas superiores constituidas por millones de células y
adaptadas tanto a la vida terrestre como a la acuática. Sin embargo, los
organismos vegetales primigenios fueron de carácter unicelular, que luego
de un prolongado proceso evolutivo derivaron en seres pluricelulares.
Actualmente, se ha establecido como vegetales a aquellos seres pertenecientes
sólo al reino Plantae, ya que sus antecesores, como bacterias y algunas algas,
fueron ubicados en otras categorías. Conforme el vegetal fue independizándose
del medio líquido, su organización se hizo mucho más compleja, tal como ocurre
con los musgos (briófitos), los helechos (pteridófitos) que se denominan
criptógamas por tener sus órganos sexuales ocultos, y finalmente, las
fanerógamas, que tienen sus órganos sexuales visibles. La célula vegetal es una
estructura en la que aparece, en primer lugar, la membrana, envoltura de todo
el conjunto y órgano de secreción de celulosa, que puede transformarse en
lignina dura, en cutina impermeable o en súber (corcho), conformando la
estructura denominada pared celular, que otorga dureza a los tejidos vegetales.
En el interior de la membrana se encuentra el protoplasma, viscoso, gelatinoso
o algunas veces granular, en cuyo centro se sitúa el núcleo, donde residen los
cromosomas, elementos genéticos de la célula, rodeado del citoplasma
(carioplasma). Dentro del citoplasma pueden diferenciarse abundantes vacuolas.
Los plastidios son unos orgánulos celulares de fina membrana, localizados junto
al núcleo, que reciben el nombre de cromatóforos. Cuando estos orgánulos son
verdes se llaman cloroplastos. Cercanos a estos se ubican otros corpúsculos de
distintas formas y funciones, mientras que en el núcleo se ubican los
cromosomas, (elementos genéticos de la célula), y otros como los ribosomas, el
retículo endoplasmático, los corpúsculos de Golgi, y el centrosoma.

RESPIRACIÓN:
Además
del ser humano y los animales, las plantas también inhalan oxígeno y exhalan
dióxido de carbono.
La
respiración en las plantas es un proceso contrario al de la fotosíntesis que se
traduce en consumir O2 y utilizan reservas de hidratos de carbono para expulsar
CO2 y agua en forma de vapor a la atmósfera. No hay que confundirla con la
emisión de oxígeno que se produce durante la fotosíntesis. En la fotosíntesis
el gas incorporado es el CO2 y el gas expelido el O2, además que solamente se
realiza en el día; pero la respiración se la realiza tanto en el día como en la
noche. La respiración de las plantas produce transpiración o pérdida de agua.
Cuando falta agua en la atmósfera las plantas tienen la capacidad de cerrar los
estomas para no perder agua. También se dice que la respiración en los
vegetales incluye H2O debido a que en el proceso fotosintético se está
capturando energía proveniente de las ondas electromagnéticas del sol. La
respiración de las plantas es un intercambio gaseoso que se realiza
principalmente a través de estomas, que están en las hojas y zonas verdes de la
planta, y, de lenticelas, que están en la corteza de los tallos o raíces.
Estomas o
pneumátodos: Formados por un par de células epidérmicas modificadas (células
estomáticas o células oclusivas) de forma arriñonada. Para el intercambio
gaseoso forman un orificio denominado ostiolo que se cierra automáticamente en
los casos de exceso de CO2 o de falta de agua. Los estomas suelen localizarse
en la parte inferior de la hoja, en la que no reciben la luz solar
directa, también se encuentran en tallos herbáceos.
Lenticelas: Se
encuentran diseminadas en la corteza muerta de tallos y raíces. De modo típico,
las lenticelas son de forma lenticular (lente biconvexa) en su contorno
externo, de donde se les viene el nombre. De ordinario están orientadas
vertical u horizontalmente sobre el tallo, según la especie y varían en tamaño,
desde apenas visible a tan grande como de 1 cm o aún de 2,5 de largo. En
árboles con corteza muy fisurada, las lenticelas se encuentran en el fondo de
las fisuras. La función de las lenticelas es permitir un intercambio neto de
gases entre los tejidos parenquimáticos internos y la atmósfera.
NUTRICIÓN:
La nutrición es el conjunto de procesos
mediante los cuales los seres vivos toman sustancias del exterior y las
transforman en materia propia y en energía. Los vegetales son seres vivos de
nutrición autótrofa y fotosintética. Se denominan autótrofos porque son capaces
de transformar en materia orgánica la materia inorgánica del medio y
fotosintéticos porque para ello obtienen la energía de la luz solar. Los
procesos implicados en la nutrición
son: La absorción de los nutrientes,
el intercambio de gases (oxígeno y dióxido
de carbono), el transporte de nutrientes por todo el organismo, el
catabolismo (degradación de las moléculas en otras más sencillas con obtención
de energía) y la excreción de sustancias tóxicas producidas durante el
metabolismo celular. El principal elemento nutritivo que interviene en la
nutrición vegetal es el carbono, extraído del aire por las plantas autótrofas
gracias al proceso de la fotosíntesis. Las plantas no clorofílicas, llamadas
heterótrofas dependen de los organismos autótrofos para su nutrición carbonosa.
La nutrición recurre a procesos de absorción de gas y de soluciones minerales
ya directamente en el agua para los vegetales inferiores y las plantas
acuáticas, ya en el caso de los vegetales vasculares en la solución nutritiva
del suelo por las raíces o en el aire por las hojas. Las raíces, el tronco y
las hojas son los órganos de nutrición de los vegetales vascularizados:
constituyen el aparato vegetativo. Por los pelos absorbentes de sus raíces (las
raicillas), la planta absorbe el agua y las sales minerales del suelo, que
constituyen la savia bruta
Los
macronutrientes: Los macronutrientes se caracterizan por
sus concentraciones superiores al 0.1% de la materia seca. Entre ellos se
encuentran los principales elementos nutritivos necesarios para la
nutrición de las plantas, que constituyen la materia orgánica. Estos son
el carbono, el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno. Estos cuatro elementos que
constituyen la materia orgánica representan más de un 90% por término medio de
la materia seca del vegetal.
Los
micronutrientes: Llamados también oligoelementos no
sobrepasan el 0.01% de la materia seca. Son el cloro, el hierro, el boro, el
manganeso, el zinc, el cobre, el níquel, el molibdeno, etc. El déficit de
alguno de estos elementos puede determinar enfermedades de carencia. La
fotosíntesis es la conversión de energía luminosa en energía química estable,
siendo el ATP la primera molécula en la que queda almacenada esa energía
química. Con posterioridad, el ATP se usa para sintetizar moléculas orgánicas de
mayor estabilidad.
ABSORCIÓN:
La absorción o incorporación de materia
inorgánica por parte de los vegetales para transformarlos en materia orgánica
durante la fotosíntesis se realiza a través de las raíces cuando se trata de
absorción de agua y sales minerales o a través de los estomas, cuando se trata
de incorporar CO2.
El
agua se absorbe por el proceso de ósmosis desde el exterior de la planta, donde
la concentración de sales es menor, hasta el interior de la misma, donde la
concentración de sales es mayor. Las células epidérmicas se hinchan y se
vuelven hipotónicas con respecto a las que hay alrededor y el agua va pasando
por ósmosis de célula a célula y entre las células hasta llegar a los vasos
conductores del xilema. La pared celular es pasiva respecto a la entrada de
agua y sales, pero la membrana plasmática tiene permeabilidad selectiva
respecto al paso de sustancias.
CIRCULACIÓN:
La circulación de sustancias al interior
de las plantas se da en dos vías: 1.el agua y los minerales disueltos que
ingresan por la raíz se transporta hacia las diferentes partes de
la planta; 2. Los productos sintetizados,
como las azucare que se producen durante
la fotocinesis, deben transportarse hacia las células, en donde se utilizan
como fuentes energéticas, bloques de construcción y reparación, o simplemente
se almacena. Durante su historia evolutiva, las plantas han desarrollado vasos
conductores, que son tejidos de las células especializadas que les permiten
cubrir esta doble vía de circulación de sustancias.
ASIMILACIÓN:
Los elementos minerales de un suelo,
necesarios para la alimentación de las plantas pueden encontrase en muy
diversas formas. No todas ellas son aptas para ser absorbidas o asimiladas por
las raíces. Básicamente, los nutrientes pueden estar presentes en el suelo en
cuatro formas distintas.
Absorción:
Las formas iónicas que
una raíz puede absorber son el nitrato (NO3-) y el amonio (NH4+). Como la mayor
parte de N del suelo está en forma orgánica es necesaria una actividad
microbiológica que lo convierta en amonio o nitrato (nitrosomas y nitrobacter
son las bacterias más comunes en esta tarea). Si la planta absorbe nitrato
tiene que reducirlo a forma amoniacal antes de que pase a formar parte de
los compuestos orgánicos. El amonio no se acumula sino que se incorpora
directamente a compuestos como la glutamina, procedente del ciclo de Krebs. El
agua es necesaria para formar las células y para que las substancias minerales
pueden estar disueltas y se puedan absorber. La mayoría de las funciones
de las plantas no pueden realizarse sin el agua.
Los
principales minerales que toman del suelo son el nitrógeno, el fósforo y el
potasio. Las plantas necesitan nitrógeno
para poder crecer, para poder
desarrollar la clorofila
y para la fotosíntesis. El fósforo es necesario para que se desarrollen las
raíces y para que crezcan los frutos. El potasio es necesario para que los
vegetales realicen numerosas funciones como la respiración o el transporte de
azúcar dentro de las mismas.
EXCRECIÓN
Y SECRECIÓN: Toda actividad metabólica genera productos
de desecho. Las plantas no son una excepción. Las plantas producen menos
productos de desecho que los animales, ya que su tasa metabólica es menor y
porque reciclan las sustancias de desecho. Por ejemplo, en la respiración se
produce dióxido de carbono y agua que es utilizado de nuevo en la fotosíntesis.
Por este motivo las plantas no poseen órganos especializados en la excreción.
Los productos de desecho no útiles son acumulados en la planta en tejidos
excretores o pueden ser exportados al exterior en cuyo caso serían tejidos secretores.
La diferenciación entre productos de secreción y de desecho no está clara.
Pueden salir al exterior a través de las lenticelas o incluso a través de los
estomas. La función excretora es llevada a cabo por tejidos dispuestos por todo
el cuerpo de la planta, aunque abundan en el tallo y las hojas. La excreción es
la eliminación de los productos de desecho generados en el metabolismo. Los
tricomas son apendices
epidermicos que se
utilizan para segregar sustancias Estos tejidos tienen dos funciones:
Excretora:
Consiste en la eliminación de sustancias al medio. Estas sustancias suelen ser
sales inorgánicas u orgánicas (oxalato de calcio) que son tóxicas o peligrosas
para la planta.
Secretora:
Consiste
en la utilización de sustancias para realizar diversas funciones (protección,
hormonal, etc.). Los tejidos están formados por células que o bien expulsan las
sustancias al exterior a través de poros localizados en la epidermis, o bien
las almacenan en vacuolas o en los espacios intercelulares. Generalmente las
plantas presentan en el tallo y en las hojas pelos secretores o tricomas, en
los que se puede distinguir un pedúnculo y una cabeza en la que almacenan las
sustancias secretoras.
PRODUCCIÓN: El
proceso de producción de plantas, generalmente lo realizan las grandes
empresas, para que exista una producción que abastezca cierta zona.
Comprende diversas etapas, que van desde la recolección de las semillas, el
procesamiento de las mismas (selección, desgrane, secado, la aplicación de
tratamientos pregerminativos, el empaque), la preparación del sustrato,
el llenado de los envases, el transplante, la siembra directa, el riego, la
fertilización y el control de plagas y enfermedades. Al momento de mencionar
producción, todas estas actividades son realizadas en viveros bajo la dirección
y supervisión de personal de una empresa, con el fin de que exista un correcto
control desde la siembra hasta que las plantas hayan alcanzado el desarrollo
adecuado, en cuanto a tamaño y vigorosidad requerida para poder ser
llevadas a los sitios de plantación, el cual se logra en un tiempo promedio de
siete meses. Otra opción es usar siembra directa, es decir sin la necesidad de
hacer germinar las plantas en viveros para luego trasplantar, sino de forma
directa en el suelo destinado del cultivo.
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